Proponen se cambie el nombre de calle Dónovan por el de López Jordán

Un vecino de Federal presentó en el Concejo Deliberante local una moción para que se cambie de nombre a calle Dónovan por el de Ricardo López Jordán

(textual) "CONCEJO DELIBERANTE DE FEDERAL - SESIÓN ORDINARIA DEL DÍA 16/10/2019 - TEMARIO: (punto Nº) 6. Nota de un vecino solicitando el cambio de nomenclatura de calle Gral Antonio Dónovan por el de Ricardo López Jordán".

Quién fue Ricardo López Jordán

(EXTRAÍDO DE WIKIPEDIA)
Nació en Paysandú, en el actual Uruguay, en agosto de 1822, hijo del general Ricardo López Jordán, ex gobernador de Entre Ríos, que se encontraba allí exiliado, y de Josefa Cardoso. Era sobrino del caudillo Francisco Ramírez.
Regresó a Entre Ríos con su padre en 1824 hasta 1827, año en que éste tuvo que salir de nuevo hacia el Uruguay. Cuando, en 1830, su padre intentó recuperar el poder en la provincia (con apoyo de Juan Lavalle), envió a Ricardo a estudiar al Colegio San Ignacio de Buenos Aires.
A fines de 1841 se incorporó al ejército del gobernador Justo José de Urquiza en la defensa de su provincia frente a la invasión desde Corrientes. El 6 de diciembre de 1842 peleó en la batalla de Arroyo Grande bajo las órdenes del general uruguayo Manuel Oribe contra las fuerzas de Fructuoso Rivera y fue enviado a Buenos Aires a llevar la noticia de la victoria. Dedicó los siguientes meses a convencer a Juan Manuel de Rosas de liberar a su padre, lo que finalmente consiguió. Éste cumplió la promesa de su hijo a Rosas de que no volvería a meterse en política.
Acompañó a Urquiza en su campaña en el Uruguay luchando en la batalla de India Muerta y en la campaña a la provincia de Corrientes, luchando en Laguna Limpia (contra José María Paz, el 14 de febrero de 1846) y Vences. En 1849 fue nombrado comandante militar de Concepción del Uruguay, ciudad originaria de los López Jordán, de Ramírez y de Urquiza.
Después del Pronunciamiento de Urquiza del 1 de mayo de 1851 y de la invasión al Uruguay, con el grado de capitán, fue el emisario de éste para obtener la rendición de Manuel Oribe, que ya llevaba ocho años sitiando a Montevideo. Fue en esa ciudad en donde el pintor Amadeo Gras lo retrató al óleo. Como parte del Ejército Grande, hizo la campaña que terminó con el derrocamiento de Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros, donde luchó como uno de los jefes de caballería. Regresó luego a recuperar su cargo de comandante de Concepción del Uruguay.
El 21 de noviembre de 1852, después de la revolución del 11 de septiembre, Buenos Aires envió una invasión doble a Entre Ríos. Una de las columnas, al mando del general Manuel Hornos, desembarcó en Gualeguaychú y consiguió derrotar al coronel Galarza. Llegó hasta las afueras de Concepción del Uruguay, pero fue derrotado por López Jordán con una fuerza compuesta principalmente de estudiantes del Colegio de esa ciudad.
En 1858 realizó una breve incursión en el Uruguay, para proteger al gobierno de ese país de una invasión apoyada desde Buenos Aires. Ese mismo año fue elegido diputado nacional y se radicó en Paraná. Reasumió el cargo de comandante de Concepción del Uruguay a fines de 1859. Al iniciarse la campaña de Cepeda, fue encargado de organizar la Guardia Nacional de Santa Fe, logrando en poco tiempo reunir 3.500 hombres. Participó en la batalla de Cepeda, el 23 de octubre; y por sus merecimientos en aquella campaña, el 28 de abril de 1860 recibió los despachos de coronel efectivo.1​ Después de esta batalla, Urquiza avanzó hasta Buenos Aires, y firmó el Pacto de San José de Flores, en el que Buenos Aires condicionaba fuertemente su incorporación a la Nación. En ese momento López Jordán comenzó a dudar de la firmeza de su jefe; la situación llevaría inevitablemente hacia un nuevo enfrentamiento.
Cuando Urquiza dejó la presidencia y recuperó la gobernación de Entre Ríos, llevó a López Jordán como uno de sus ministros el 1 de mayo de 1860. Por esa época compró la estancia Arroyo Grande, cerca de la costa del Uruguay.

Su enemistad con Urquiza[editar]

En 1861 fue nombrado por el presidente Santiago Derqui jefe de una de las dos columnas de caballería con que se pelearía el 17 de septiembre en la Batalla de Pavón. En esa batalla, López Jordán, Juan Saá y Benjamín Virasoro derrotaron a la caballería porteña por completo, mientras la infantería federal fue rechazada. Pero Urquiza, sin poner en juego todo su ejército, se retiró con toda la infantería, la artillería y las fuerzas de reserva. Todos los federales pensaron que Urquiza se había pasado al bando porteño, lo que es relativamente cierto: acordó tácitamente con el futuro presidente Bartolomé Mitre que se le permitiría mantener el poder en su provincia, sin intromisiones; pero a cambio abandonaba a la Confederación a su suerte.2
Derqui nombró generales a sus dos jefes vencedores, Saá y López Jordán ,el 20 de septiembre; pero éstos no podían defenderlo. Este último regresó a Entre Ríos, por orden de Urquiza y renunció a sus cargos públicos. Poco después, Derqui renunciaba y la Confederación Argentina se disolvía. Al año siguiente, después de haber cambiado casi todos los gobiernos provinciales, Mitre fue electo presidente.
López Jordán jamás perdonó a Urquiza haberse retirado de Pavón y lo culpó de que la organización nacional estuviese en manos del centralismo porteño. Pero por el momento, no se decidió a la acción, aún creía en Urquiza, aunque cada vez menos.
Durante los años siguientes, López Jordán presenció desde su provincia cómo los federales del oeste de la Argentina y de Corrientes eran destrozados sin que el jefe del partido federal (Urquiza) interviniera. Vio también cómo una invasión apoyada por Buenos Aires y el Brasil derrocaba al presidente legal del Uruguay y la flota brasileña destruía su ciudad natal de Paysandú. Urquiza no intervino.
En 1864 López Jordán se presentó como candidato a suceder a Urquiza como gobernador de Entre Ríos, pero éste se pronunció por la candidatura de su sobrino José María Domínguez, una persona totalmente sometida a su jefe político, que resultó electa.
La guerra en el Uruguay provocó la reacción paraguaya, que llevó a la Guerra de la Triple Alianza. Urquiza llamó al pueblo entrerriano a la guerra contra el Paraguay, López Jordán lo acompañó, pero luego le respondió:
"Usted nos llama para combatir al Paraguay. Nunca, general, ese pueblo es nuestro amigo. Llámenos para pelear a porteños y brasileños. Estamos prontos. Estos son nuestros enemigos."
Urquiza ordenó la movilización de las fuerzas de Entre Ríos en el campamento de Basualdo en el norte de la provincia. Se presentaron 8.000 hombres, pero casi todos creían que iban a unirse a los paraguayos contra los brasileños. Pero cuando descubrieron de qué lado iban a pelear, simplemente se fueron a sus casas. López Jordán apoyó y celebró la deserción y fue acusado de instigarla. Cuando Urquiza logró reunir nuevamente su ejército en el campamento de Toledo, volvieron a desertar. Sólo 800 entrerrianos fueron a la guerra y muy pocos volvieron.
En 1867 estalló en Mendoza y La Rioja la revolución dirigida por Juan Saá, Juan de Dios Videla y Felipe Varela, que invocaron el nombre de Urquiza y le pidieron apoyo. Urquiza no se movió y la revuelta fue rápidamente derrotada. Una poderosa oposición censuraba a Urquiza, pero el poder del caudillo era mayor y hubo muchos arrestos.
En 1868 Urquiza perdió las elecciones a presidente pero volvió a ser gobernador de Entre Ríos en el mes de abril elegido por la Legislatura, pese al respaldo popular que tenía la candidatura de López Jordán. Ese mismo año, una invasión de fuerzas nacionales que apoyaba una revolución en Corrientes fue derrotada por López Jordán y Justo Carmelo Urquiza, hijo del caudillo, el 31 de junio en Arroyo Garay, mientras circulaban rumores de una posible rebelión jordanista.
Al año siguiente terminaba la Guerra del Paraguay; el costo para la Argentina fue de más de 10 mil muertos. Pocos meses más tarde, Urquiza recibía en su palacio San José al presidente Domingo Faustino Sarmiento, el más encarnizado enemigo de los federales. López Jordán se preparó para la revolución.
El 11 de abril de 1870 estalló la revolución: como primer paso, una partida de 50 hombres al mando de Simón Luengo penetró en el palacio San José, con el objeto de apresar a Urquiza, pero éste se defendió a tiros y terminó muerto. Ese mismo día eran asesinados en Concordia también sus hijos Justo Carmelo y Waldino Urquiza, ambos amigos íntimos de López Jordán.
Tres días más tarde, López Jordán era elegido gobernador provisorio por la Legislatura, para completar el período de gobierno de Urquiza. En su discurso de asunción apoyó la revolución y apenas mencionó de paso que "he deplorado que... no hubiesen hallado otro camino que la víctima ilustre que se inmoló." Más tarde fue querer encabezar una rebelión contra el gobierno nacional. No lo hizo y en realidad tampoco tuvo tiempo.

La rebelión jordanista[editar]

Sarmiento tomó la revolución y el asesinato como una provocación en su contra y envió a Entre Ríos el 19 de abril de 1870 un Ejército de Observación con veteranos de la Guerra del Paraguay que se situó en Gualeguaychú. Nunca declaró a su gobierno intervenido (el Congreso Nacional se oponía a esto), directamente dictó un decreto el 25 de abril que le declaró la guerra como a un país enemigo y declaró a López Jordán y a quienes lo acompañaren reo de rebelión. Tres generales atacaron al mismo tiempo: Emilio Mitre desembarcó en Gualeguaychú, Emilio Conesa en Paraná y Juan Andrés Gelly y Obes entró desde Corrientes.
Se sucedieron una serie de combates pero López Jordán fue finalmente derrotado en la Batalla de Ñaembé en Corrientes, por lo que huyó al Brasil con 1.500 hombres.
Los primeros números del diario La Patria de Goya, fueron hechos con tipos que se encontraron en los cajones de las carretas tomadas al Gral. López Jordán después de la derrota que sufriera en Ñaembé, dado que los jordanistas utilizaban letras de imprenta ante la carencia de balas.[cita requerida]
En su ausencia, hubo elecciones en Entre Ríos, pero sin candidatos federales, que estaban prohibidos y con muy pocos votantes. El gobernador Emilio Duportal hizo desplazar a todos los federales de todos los puestos públicos, incluso a los curas y los maestros. Las tierras públicas fueron vendidas en subastas "públicas", reservadas a los amigos del gobierno; muchos colonos fueron expulsados de sus tierras, y la policía, formada por forasteros, cometió toda clase de atropellos y crímenes. Avergonzado, Duportal renunció y la provincia quedó en manos de Leonidas Echagüe, hijo del ex gobernador Pascual Echagüe, que no tuvo los problemas morales del anterior.
Regresó a Entre Ríos el 1 de mayo de 1873. El 28 de mayo Sarmiento envió a la Cámara de Diputados un proyecto de ley ofreciendo 100.000 pesos por la cabeza de López Jordán y 10.000 pesos por la de Mariano Querencio, además de 1.000 pesos por las cabezas de los “autores de excesos cometidos por la revolución”.3
El 9 de diciembre los generales Gainza y Vedia lo derrotaron en la Batalla de Don Gonzalo, en donde fueron estrenados los fusiles Remington haciendo estragos entre los jordanistas. El 25 de diciembre López Jordán cruzó el río Uruguay por el paso de Cupalén, asilándose en la República Oriental del Uruguay. La provincia volvió a ser sometida por la fuerza y el partido federal quedó muy debilitado por centenares de arrestos.
López Jordán hizo nuevos planes, que incluían una revolución en todo el país con el apoyo del Brasil. Regresó a su provincia el 25 de noviembre de 1876, pero esta vez no tuvo apoyo. El 7 de diciembre uno de sus destacamentos fue aniquilado por el general Juan Ayala en el Combate de Alcaracito (departamento La Paz), donde muchos prisioneros (entre ellos un coronel, sobrino del ex gobernador correntino Genaro Berón de Astrada) fueron fusilados. Era el final de la última aventura federal. El 16 de diciembre López Jordán huye hacia Corrientes, pero traicionado por un amigo fue puesto a disposición de la justicia federal en Goya.
Estuvo preso en Curuzú CuatiáGoyaParaná y Rosario; su juicio fue pospuesto durante tres años, hasta que escapó de la prisión con la ayuda de su esposa Dolores Puig, disfrazado de mujer el 12 de agosto de 1879. El 3 de septiembre pidió asilo en Fray Bentos (Uruguay).
Se exilió en Montevideo hasta fines de 1888, en que gracias a una ley de amnistía decretada por el presidente Miguel Juárez Celman en agosto de ese año, regresó al país radicándose en Buenos Aires, en donde solicitó ser reincorporado al Ejército Argentino. Pero el 22 de junio de 1889 fue asesinado en la calle por el joven Aurelio Casas, a quien le habían dicho que López Jordán había ordenado asesinar a su padre, el capitán Zenón Casas, que en realidad había sido muerto por orden del comandante uruguayo Cornelio Oviedo en mayo de 1873. La familia de Urquiza obsequió luego 35.000 pesos a la esposa de Aurelio Casas.
En 1989 los restos de Ricardo López Jordán fueron repatriados a Entre Ríos y depositados provisoriamente en el panteón de la familia Pérez Colman en Paraná hasta que el 29 de noviembre de 1995 fueron trasladados hasta un mausoleo erigido en la plaza Carbó de Paraná.

BIOGRAFIA DE LOPEZ JORDAN CAUDILLO FEDERAL MUERTE DE URQUIZA



BIOGRAFÍA DE LOPEZ JORDAN CAUDILLO FEDERAL
MUERTE DE URQUIZA

Ricardo López Jordán: Heredero del amor a la patria
López JordánCon una fuerte y profunda herencia militar y nacionalista, Ricardo López Jordán (hijo) fue sin lugar a dudas uno de los principales caudillos federalistas que se alzó en reiteradas oportunidades contra el grupo unitario que buscaba centrar el poder del país en Buenos Aires.
Su inagotable lucha hizo que en definitiva toda su existencia se viera abocada a un objetivo puntual, dando siempre su vida por la patria.
Hijo del caudillo federal uruguayo Ricardo López Jordán, que también fue un importante representante de dicha corriente desde la provincia de Entre Ríos, y sobrino del caudillo entrerriano Francisco Ramírez, Ricardo López Jordán (hijo) nació el 4 de julio de 1824 en la ciudad de Paysandú, Uruguay, pero fue criado en Argentina, educado bajo los principios del federalismo nacional.
Debido a los ideales políticos de su padre, tuvo una infancia dura y difícil, ya que en muchas oportunidades debía abandonar su querida provincia de Entre Ríos para refugiarse en Uruguay.
Fue en el año 1830 cuando su padre decidió que debía darle una educación estable al pequeño Ricardo, por lo que lo envío a Buenos Aires para llevar a cabo sus estudios en el prestigioso Colegio San Ignacio.
No obstante, su herencia militar y sus profundas convicciones políticas basadas en el federalismo, hicieron que a los 17 años Ricardo decidiera el destino que tendría su vida, incorporándose al ejército comandado por el Gobernador Justo José de Urquiza, en tiempos en que se llevaba a cabo la defensa de Entre Ríos ante la invasión ocurrida en Corrientes.
Un año después demostró su valentía en el campo de batalla, cuando participó de la ofensiva de Arroyo Grande. Al mismo tiempo, entabló amistad con Juan Manuel de Rosas, con el fin de lograr que liberaran a su padre, y gracias a su intervención, finalmente fue puesto en libertad.
En los años que siguieron, Ricardo López Jordán (hijo) fue uno de los caudillos más destacados del ejército de Urquiza, por lo cual en 1849 fue ascendido a Comandante en Uruguay.
Mientras tanto en Argentina, desenvolviéndose como Jefe de uno de los cuerpos de Caballería del Ejército Grande, participó en la batalla de Caseros, a través de la cual se logró derrocar a Juan Manuel de Rosas.


Uno de los hechos anecdóticos de la vida de López Jordán está relacionado a la invasión a Entre Ríos que se produjo en 1852, cuando el ejército a cargo del General Manuel Hornos, logró derrocar al Coronel federalista Galarza.
Lo cierto es que el imbatible ejército comandado por Hornos fue finalmente derrotado por el grupo dirigido por López Jordán, el cual estaba compuesto por estudiantes de un conocido colegio de Gualeguaychú.
Posteriormente, fue designado para dirigir la Guardia Nacional de Santa Fe, en la batalla de Cepeda, donde mostró su heroísmo y total convicción hacia los ideales federalistas, como así su fuerte creencia en Urquiza.
Pero lo cierto es que para esa época comenzaron a surgir en López Jordán profundas dudas acerca de la lealtad de su principal jefe, sobre todo por el Pacto de San José de Flores en el que participó Urquiza.
Si bien en el momento en que Urquiza pasó a ocupar la gobernación de Entre Ríos, llevó consigo al caudillo López Jordán para que ejerciera como ministro, lo cierto es que la amistad entre ambos duraría poco tiempo más.
En realidad su enemistad con Urquiza tiene como origen la Batalla de Pavón, en la que López Jordán participó dirigiendo las columnas de caballería que lograron derrotar a la caballería porteña. Lo cierto es que durante la violenta ofensiva, Urquiza decidió no brindar apoyo a los caudillos, y por el contrario ordenó el retiro del cuerpo de infantería, la artillería y todas las fuerzas de reserva.
Así la sospecha de López Jordán y la mayoría de los caudillos que respondían a las órdenes de Urquiza fueron confirmadas, ya que el hasta entonces máximo líder había firmado un acuerdo a través del cual mantendría su absoluto poder en Entre Ríos, siempre y cuando abandonara por completo la Confederación Argentina. Inmediatamente difundida la noticia, López Jordán renunció a su cargo público, mientras la Confederación Argentina se disolvía.
Con el cambio de política y acción tomado por Urquiza, Bartolomé Mitre fue electo Presidente, y durante algunos años los ejércitos de federales de Entre Ríos y Corrientes fueron derrotados en todas las batallas llevadas a cabo. Mientras tanto, Urquiza se mantenía al margen de todo aquello.
En 1864 estalló una guerra en el territorio uruguayo que rápidamente generó la reacción del ejército paraguayo, lo cual dio lugar a la llamada Guerra de la Triple Alianza. Fue entonces que Urquiza convocó al pueblo entrerriano a sumarse a la lucha contra el Paraguay, recibiendo la negativa rotunda de parte de López Jordán, quien se negó a combatir contra quienes consideraba sus amigos, y sostenía que la lucha debía ser contra el inminente enemigo unitario y el ejército brasileño, que apoyaba dicho movimiento político.
Las fuerzas entrerrianas que debían acatar las ordenes de Urquiza, al conocer que debían luchar contra las fuerzas paraguayas, abandonaron la batalla antes de iniciarla, y aquella deserción dio lugar a que López Jordán fuera considerado el ideólogo que instigó a se produjera.


Un pequeño ejército de sólo 800 hombres a cargo de Urquiza participó de la Guerra del Paraguay, que al finalizar en el año 1869, les costó la vida a más de 30.000 argentinos. Mientras tanto, los rumores indicaban que se preparaba una rebelión, comandada por López Jordán.
Aquellos rumores se convirtieron en un hecho real cuando el caudillo se enteró de que Urquiza había estrechado vínculos con el entonces presidente Domingo Faustino Sarmiento, que en definitiva fue uno de los más profundos enemigos de los federales.
Finalmente el 11 de abril de 1870 se produjo la revolución en contra de Urquiza, que dio como resultado su inminente muerte. Días más tarde, Ricardo López Jordán fue designado Gobernador provisorio.
No obstante, aquellas rebeliones jordanistas dieron lugar a la contraofensiva enviada por Sarmiento, por lo que en abril de 1870 un Ejército integrado por veteranos de la Guerra del Paraguay tomó por la fuerza en Gualeguaychú, Paraná y Corrientes. Después de ocurridos una serie de combates, finalmente López Jordán fue derrotado en la Batalla de Ñaembé en Corrientes, y de allí en más debió permanecer en el exilio.
A partir de allí, los federales estaban prohibidos en Entre Ríos por orden el Presidente Sarmiento. En medio de dicho escenario, López Jordán regresó a Entre Ríos con el fin de llevar a cabo una nueva rebelión, por lo que Sarmiento emitió un proyecto de ley a través del cual se ofrecía una recompensa por la cabeza del caudillo.
Nuevamente en el exilio, desde el Uruguay López Jordán contemplaba la orilla del Río de La Plata planificando una nueva revolución a nivel nacional, sin embargo no halló el apoyo necesario para concretarla, lo que en cierto modo marcó la culminación de la rebelión jordanista.
Por último, el 22 de junio de 1889 Ricardo López Jordán fue asesinado por Aurelio Casas, quien argumentó que llevó a cabo el homicidio con el objetivo de vengar el fusilamiento de su padre Zenón Casas, ocurrido durante la segunda rebelión jordanista.
CRÓNICA DE LA ÉPOCA:
El Bicentenario Periódo 1870-1889 Fasc. N° 4Nota del Historiador Hernán Pose -Asesinato de Urquiza –
El 11 de abril Justo José de Urquiza fue ultimado en su palacio de San José. El crimen fue perpetrado por una montonera al mando del caudillo cordobés Simón Luengo y al grito de «¡Muera el traidor de Urquiza!». Se supone que Luengo actuó bajo las órdenes de López Jordán, que ese mismo día ocupó la ciudad de Paraná para hacerse nombrar gobernador en lugar del difunto.
El conflicto que se planteó a partir de la muerte de Urquiza entre el gobierno nacional y la facción federal que comanda López Jordán actualiza la nunca acabada guerra civil en la que nos hallamos inmersos hace más de cincuenta años.


Después del retiro imprevisto de las tropas a su mando en la Batalla de Pavón, Urquiza, a los ojos de muchos federales, se convirtió en un símbolo de la traición con que Buenos Aires logró imponer su hegemonía. Luego de Pavón, Urquiza mantuvo la autonomía de su gobierno en su provincia y conservó el cargo de gobernador. No parece haber habido un acuerdo explícito con Mitre, pero sí uno tácito, por el cual éste nunca amenazó a Urquiza.
Al parecer, a cambio, Urquiza se mantuvo neutral durante las rebeliones federales de esta década. Ésa fue su postura en la rebelión que Ángel Vicente Peñaloza mantuvo hasta que fue asesinado en 1863, y cuatro años más tarde, cuando Felipe Várela y Juan Saá dirigieron otra rebelión en Cuyo y La Rioja, aplastadas por las tropas del gobierno nacional. Estas y otras revoluciones federales se hicieron en nombre de Urquiza, y sus dirigentes pidieron ayuda y órdenes al jefe natural del Partido Federal; pero Urquiza los desoyó.
Aunque fue con la campaña contra Paraguay, muy impopular entre los federales, cuando cayó el prestigio de Urquiza. Pero fue quizá el abrazo en su palacio a principios de año, en los festejos por el triunfo de la Triple Alianza, con el principal enemigo de los federales y ultimador de Peñaloza, el presidente Domingo Sarmiento, lo que convenció a los insurrectos de que Urquiza era el principal obstáculo para la causa federal.
Vivimos en una época en que las luces del progreso irradian por todas partes, pero cuidado, también las sombras aumentan a medida que ellas aparecen. Paradoja rara que allí donde se promete un progreso en ilustración y riquezas, la promesa se construya sobre millares de seres humanos que, cual esqueletos ambulantes, deambulan por las provincias interiores muertos de hambre.
CRÓNICA II: Cayó La Última Montonera, La Derrota de López Jordán
Las disputas al interior del federalismo entrerriano no eran nuevas. Desde la caída de Rosas, Urquiza venía llevando una política de conciliación con Buenos Aires que no fue bien vista por muchos de sus partidarios. La aceptación de la reforma de la Constitución del 53, que para muchos entrerrianos había sido según los intereses del «puerto», fue la primera grieta al interior del edificio urquicista.
A ella siguieron la sospechosa retirada de las tropas confederadas de la Batalla de Pavón y el entusiasta apoyo que el caudillo entrerriano prestó a la impopular guerra de la Triple Alianza. Pero fue la visita de Sarmiento al Palacio de San José, hacia principios de 1870, lo que produjo la fractura dentro del Partido Federal.
Para quienes criticaban el nuevo rumbo de la política entrerriana, este encuentro no había sido casual: Urquiza renunciaba a las históricas banderas federales y abrazaba la causa del Partido Liberal. La mirada de los antiguos unitarios era la contraria: el hombre fuerte de Entre Ríos dejaba de representar la barbarie y se convertía en un hombre potable para la construcción de un orden civilizado.
Casi de inmediato, la idea de derrocar al gobierno de Urquiza tomó impulso. El líder del movimiento era Francisco López Jordán, cuyas credenciales federales estaban a la vista. En la Batalla de Pavón había mostrado un coraje a prueba de balas y en dos ocasiones había enfrentado a Urquiza en la disputa por la gobernación de Entre Ríos.
El movimiento tuvo su bautismo el 11 de abril de 1870. Las tropas rebeldes ingresaron al Palacio San José para capturar a Urquiza, aunque su resistencia precipitó su muerte. Tres días después, ante la acefalía de la primera magistratura provincial, la legislatura eligió a López Jordán como gobernador provisorio. Ese mismo día, el presidente Sarmiento dispuso una intervención armada a la provincia rebelde.
La guerra había comenzado. Las tropas de López Jordán ganaban en número y por la destreza de sus jinetes, pero los cañones del ejército nacional no dejaban inclinar la balanza a favor de los federales. Para romper el empate, López Jordán se convenció de la necesidad de trasladar buena parte de sus tropas a Corrientes con el fin de alentar una reacción antiliberal que fortalecería su posición en Entre Ríos. Pero fue un error.
El ejército nacional había desandado un proceso de profesionalización que no fue percibido por López Jordán en toda su dimensión. El 26 de enero de este año, en Ñaembé, cerca de Goya, se libró la batalla decisiva. Las tropas nacionales derrotaron a las huestes federales. López Jordán se replegaría hacia Entre Ríos, en Salto, donde fue recibido calurosamente.
Esta amable recepción demostraba algo que lentamente se volvería un crudo dato de la realidad para los federales: el consenso dentro de la población no era suficiente para vencer a un Estado nacional que estaba construyendo sus cimientos.

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