TEXTOS ELEGIDOS. Deseo para 2025: que vuelvan los portarretratos

No sé ustedes, pero yo en esta época del año empiezo a pensar seguido en los que no están. Y miro mucho las fotos que tengo enmarcadas sobre el armario del living. Mis padres el día que se casaron por civil, saliendo de un auto impecable, él con traje oscuro, ella con un collar de perlas y el pelo batido como en los 60.

Otra vez mi mamá, en una foto que parece robada. Son los primeros días de su luna de miel en Carlos Paz, asomando en el balcón de un hotel con un peluche en la mano, seguramente regalo de su flamante marido. Después de que murió, mi papá nos regaló esa imagen en sendos portarretratos, a mis hermanos y a mí. Así le gustaba recordarla.

Mi tía más querida, con mi hija Paula en brazos, la cabeza un poco ladeada para atrás y una sonrisa plácida. Hay otra en la que estoy con mi mamá, a poco de nacidas mis mellizas: las sostenemos cada una en un antebrazo, que así de chiquitas eran. Nuestros ojos brillan de felicidad.

Sigo conmigo en mis treintas, mucho pelo al viento y las cejas más pobladas que ahora. La tomó un fotógrafo de este diario. En otra estoy con un vestido cortito, sobre en un muro y debajo de un cartel, en ruta a Mar del Plata viajando a cubrir la temporada de verano.

Más allá tengo una con mis hermanos, los tres contentos en una playa de la Costa, tal vez San Clemente del Tuyú. Y otra vez mis hijas, las dos dentro del pelotero que les regalaron para su primer cumpleaños. A lado, a sus cuatro años, jugando a maquillarse.

Caigo en cuenta de que todas esas fotos tienen más de 20 años. Recuerdo entonces que mi pareja tiene en su mesa de luz una imagen de sus hijas adolescentes, colgadas mutuamente en un abrazo de hermanas. No tengo ninguna foto así de las mías. En papel, digo.

De las otras hay cientos, miles. Pero viven atrapadas en el teléfono o en Google Fotos. Las miro muy pocas veces y cuesta encontrarlas. No hay ningún portarretrato donde verlas porque sí. Es posible que las mejores las haya subido a Facebook o a Instagram, porque así tengo la impresión de que de algún modo están a salvo. ¿Pero quién sabe con certeza hasta cuándo?

En la web solo encuentro estadísticas. Este año se habrán sacado 5300 millones de fotos al día, 61.400 por segundo. En 2030, serán alrededor 2,3 billones. Los celulares representan el 94% de todas las fotos tomadas en 2024. Nada sobre lo que me preocupa. Google me avisa cada tanto que su capacidad se agota. Sé de gente que ha perdido todo en un disco rígido con daño irrecuperable.

Saco la vista de la pantalla y doy con un portarretrato que tengo en mi escritorio. Me veo con cuatro amigas íntimas, felices juntas. Es una foto digital impresa en papel, que una de ellas enmarcó y me regaló en un momento difícil. No me dí cuenta entonces, pero fue una forma de decir “aquí estamos”. Como están algunos de mis seres más queridos cada vez que miro hacia el armario. 

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