Chicha, Lucio, y los gritos que nadie escuchó
Silvia Fesquet (Clarín) “ Nunca llueve en Honfleur, pero a veces llueve sobre la infancia” (Erik Satié) A los 8 años de Víctor “Chicha” Barreto los arrolló un camión recolector en el basural en el que buscaba comida. A los 5 años de Lucio Dupuy los truncó una golpiza apenas más feroz que las que venía soportando . Un accidente en un caso; un crimen por el que hoy están siendo juzgadas la madre y su pareja en el otro. Pero antes de llegar al acto final de dos vidas marcadas por la tragedia, símbolo apenas de tantas otras, hubo muchos que no escucharon, o callaron; que no hicieron su parte, o la hicieron a medias, o aplicaron teorías sin verificar qué pasaba en la práctica. Y, sobre todo, que no prestaron atención a las verdaderas víctimas , esas a las que debían proteger. El domingo 13 era uno más para Chicha. Junto a otros chicos del barrio esperaba cerca de “Volcadero”, -un basural vecino al barrio de Paraná, Entre Ríos, donde vivía con su mamá, la pareja de ella y tres herman