La banda criminal que gobernó este país y saqueó al estado durante más de 12 años, produjo la mega corrupción más voluminosa del mundo
16 agosto, 2018
Matrimonio K: el malo y la mala
El nuevo editorial de Alfredo Leuco en Le doy mi palabra.
Hace varios años que vengo diciendo que el gobierno del matrimonio Kirchner fue el más corrupto de la historia democrática argentina. Algunas personas me sugirieron que estaba exagerando. Pero yo insistía. Lamentablemente, me quedé corto. A partir de ahora y con la nueva información disponible, podemos decir (sin temor a equivocarnos) que la banda criminal que gobernó este país y saqueó al estado durante más de 12 años, produjo la mega corrupción más voluminosa del mundo. Solo es comparable con lo que robaron algunos dictadores africanos o el matrimonio dictatorial de Ferdinand e Imelda Marcos en Filipinas. Claro que ellos estuvieron 21 años en el poder. Imelda fue condenada a 24 años de prisión y se hizo famosa en el mundo por sus lujos extravagantes. Le decomisaron 156 obras de arte (como las de Carlos Wagner, pero de otra categoría). Hablo de cuadros de Picasso, Van Gogh, Monet, Miguel Angel, Goya y Joan Miró, entre otras maravillas. Cuando le dictaron la sentencia, mientras sostenía un rosario de oro dijo compungida: “He servido a mi país, especialmente a los más pobres e indigentes”, sin reparar en algunos gustitos que se dio como 15 abrigos de visón, 508 vestidos de alta costura, 1000 pares de zapatos y carteras y bolsos. Todo eso comprado con dinero robado al pueblo. Habían logrado un patrimonio de 35 mil millones de dólares.
Por eso le digo que los Kirchner están en las ligas mayores, en el top ten de los ladrones de estado más importantes del planeta. Eso a esta altura ya no tiene discusión. Son demoledoras las confesiones de Claudio Uberti, un hombre del riñón del mecanismo de recaudación ilegal y mafioso:
· El día que murió Néstor, en el departamento de Juncal había 60 millones de dólares. No había lugar ni para entrar por el volumen de valijas y Cristina, obviamente estaba presente como siempre.
· Los bolsos que llevaban en los aviones oficiales, como el Tango 01, a Rio Gallegos desbordaban de dólares.
· En su casa del sur tenían una bóveda que habían comprado al Banco Hipotecario. Este dato fue corroborado por el anterior propietario de la casa.
Pero hoy no quiero hablar de los detalles del robo del siglo que hizo la asociación ilícita pingüina liderada por Néstor y Cristina.
Hoy quiero hablarle de ellos como personas. En varias editoriales dije que lo peor del matrimonio K no era su ideología que además es muy difusa y más líquida, incluso que la del peronismo. Fueron menemistas (compartieron 7 veces la boleta electoral con Carlos), fueron duhaldistas y en los 70 simpatizaron con Montoneros. Lo más condenable, además de su condición de delincuentes seriales, es que eran muy malas personas. Siempre lo dije porque la propia gente de su entorno lo confesaba en voz baja.
En este plano, las revelaciones de Uberti son de antología.
· Néstor una vez le pegó un cachetazo porque si, en un viaje en avión. Se dio vuelta y lo calzó mientras le decía: “Te voy a hacer cagar”. Un signo de maltratador y golpeador que intentaba marcar por miedo y sumisión quien era el que mandaba. Y eso que Uberti le llevaba 150 mil dólares por mes de cada concesionario de peaje. Es decir, casi 11 millones de dólares por año, solo por los peajes.
· Otra vez, Rubén Zacarías, jefe de protocolo y complicado en el caso de efedrina, se demoró en entregarle los diarios a Néstor. El ex presidente fue escueto en su orden a Daniel Muñoz: “Pegale tres”. Y el secretario Muñoz que murió con inversiones inmobiliarias en Miami por 65 millones de dólares, le dio tres puñetazos en el estómago a Zacarías que quedó en el suelo retorciéndose de dolor. Néstor lo dejó tirado en la habitación y le dijo: “Esto es para que sepas que hacemos con los traidores”. Por algo Uberti tiene miedo y pidió protección policial.
· El día que Uberti no consiguió cambiar los billetes y le llevó la valija llena de pesos en lugar de dólares o euros, Néstor se brotó de furia y a los gritos le pegaba patadas al bolso. Los billetes volaron por el aire en el despacho presidencial de la Casa Rosada y Néstor le robó hasta la valija y la birome a Uberti.
· Otra vez le dijo: “Salí a buscar plata blanca que Cristina necesita para seguir construyendo “esa poronga” de “Los Sauces”, el hotel que estaba al lado de su casa en Calafate.
· El día de su cumpleaños Uberti estaba en Pinamar festejando con su familia. Néstor le ordenó que lo fuera a ver de inmediato. Uberti viajó 4 horas a la Capital y luego Néstor lo hizo esperar otras 4 horas para decirle una pavada. Sometimiento, humillación.
· Uberti declaró algo antológico: “trabajar con Néstor era un suplicio. Pero con Cistina era mucho peor”.
· Varias veces Néstor despertaba a Daniel Muñoz en plena madrugada. Se le tiraba encima de la cama para asustarlo y le pedía cualquier tontería.
· A Roberto Lavagna lo llamaba “El Pálido”, se burlaba de su honradez y una vez quiso tocarle la cola como hacía con casi todos y el ex ministro le paró el carro y se hizo respetar.
· A Julio de Vido, Néstor varias veces le pegó cachetadas delante de todo el mundo y lo mandaba a comprar cigarrillos en Río Gallegos.
· Tal vez por eso, De Vido, su cómplice de toda la vida, llamaba a Néstor como “El Malo”, o “El Ruso”. El resto de los colaboradores le decía “Cuervo” y no “Pingüino”, un apodo simpático que el instaló. Ya se sabe que su comportamiento fue más de buitres que de pingüinos. Aves carroñeras insaciables en su codicia colosal.
Cristina no se quedaba atrás en su altanería y maltrato hacia los demás. Eran tal para cual y se faltaban el respeto mutuamente. Mariana Zuvic en su libro habla de violencia de género.
Al matrimonio no se le conocen amigos. Solo tienen intereses. Plata y poder como enfermedad obsesiva.
Todo el mundo escuchó los audios de como Cristina insultaba a su felpudo preferido, Oscar Parrilli. Le decía “pelotudo”. O a José Luis Gioja, presidente del PJ al que mandaba a “suturarse el orto”. Es muy triste e indigno que ambos hoy todavía le sigan chupando las medias a quien los redujo poco menos que a la servidumbre.
La dinastía K fue fundada por una pareja de malas personas, que no demuestran afecto ni por sus hijos ni por sus nietos. Al contrario, los complicaron en la corrupción. Empujaron a Máximo y Florencia a la hoguera de los tribunales. Todo lo que toca Cristina, lo divide. En todos lados genera una fractura producto del odio que inocula. Es que se apropian de todo. Son dueños y señores de las instituciones. Son señores feudales.
Las escuchas, confirman que la verdadera Cristina es la que no tiene amigos, la intolerante y desagradecida que es capaz de insultar con el peor de los insultos, aún a militantes propios como Remo Carlotto. Y decir que Gustavo Menéndez, el jefe del PJ bonaerense es “una porquería”.
Margarita Stolbizer le contestó con ironía en un tuiter: “Feliz cumpleaños, Cristina. De parte mía y de mi santa Madre. Y que Dios te devuelva todo lo que me has deseado y que los jueces te obsequien todo lo que te mereces”.
Es que Cristina Elisabet calificó a Stolbizer como “gorda hija de puta a la que hay que sacudir”. Así nomás. Es en el fragmento en donde le ordena a Parrilli que le salgan a pegar a Sergio Massa porque “habla bien de Macri en TN y mal en C5N”. Es bizarro pero absolutamente real. Son escuchas autorizadas por la justicia que se filtraron al periodismo. ¿Cómo es posible que se dejen humillar así? Hay una dignidad que tiene el hombre que si no la tiene, no puede pelear por la dignidad del pueblo.
Cristina dice en las escuchas que el mejor, el verdadero peronista era Carlos Menem y no Cafiero que había pactado con Alfonsín. Al venerable Antonio Cafiero lo define como “viejo choto”. Es más, confiesa que ella había elegido a Menem y que su marido la obligó a apoyar a Antonio Cafiero. Y pensar que algún nieto de Cafiero hoy milita para ella. ¿Cuántas mentiras? ¿Cuántos engaños? Sincericidios a granel.
La voz de Cristina insultando a la madre de Remo Carlotto no tiene desperdicio. Porque la madre es Estela, jefa de las Abuelas de Plaza de Mayo y ella lo llama “hijo de puta”. Insisto con lo que dije en su momento: no le dice hijo de puta a Videla o a Etchecolatz. Se lo dice a un diputado cristinista porque se pasó al movimiento Evita. ¿Escuchó bien? No es que Remo traicionó y se fue al PRO o al radicalismo. Y ¿qué le contesta Parrilli ante semejante ataque? Levanta la apuesta: Remo es un forro de mierda, le dice. ¿Se da cuenta de la gravedad de todo esto? Si a alguien tan cercano tratan de esa manera, se imaginan lo que piensan, dicen y hacen contra Jorge Lanata o algún otro periodista independiente?
Por eso el pueblo quiere que todo el mundo pague por lo que hizo y que nadie tenga coronita. Ni siquiera la reina Cristina. La mala, la viuda del malo.
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