“Los próximos días veremos a cuántos arrastra el kirchnerismo en su Apocalipsis”
13 agosto, 2018
“Cristina en Sodoma”, por Federico Andahazi
¡Volvió el sátiro político! El fin de una era, anticipada por “los cuadernos del grafomaníaco Oscar Centeno” y una particular comparación con las ciudades bíblicas del pecado.
Federico Andahazi: “Los próximos días veremos a cuántos arrastra el kirchnerismo en su Apocalipsis”
El kirchnerismo se desmorona como un castillo de naipes. ¿Hasta dónde podía elevarse esa construcción edificada con la frágil materia del papel moneda? Detrás de la épica y el relato no había más que papel. Ironía del destino, quién a papel mata, a papel muere. Ocho raquíticos cuadernos sirvieron para demoler la torre de toneladas de dólares.
Los cuadernos del grafomaníaco Oscar Centeno pusieron en evidencia no sólo el GPS de la ruta de los bolsos, sino algo mucho más grave: esos escritos son un psicodiagnóstico de gran parte de los industriales argentinos.
Podría parecer una paradoja que el empresariado, numen del capitalismo, se haya prestado a colaborar con un proyecto cuyo himno proclama “combatiendo al capital”.
No somos originales: el poderoso grupo Cisneros contribuyó a que Venezuela se haya convertido en un país arrasado, hambriento, sin acceso a los medicamentos básicos, con una inflación de cinco dígitos y un éxodo imparable, a cambio de mantener el monopolio de los negocios con el Estado. En México acaba de ganar el candidato populista, que se proclama de izquierda, con la financiación y el apoyo de Carlos Slim, el empresario más poderoso de México y uno de los hombres más ricos del planeta. ¿A cambio de qué un magnate de derecha apoyaría a un candidato de izquierda? La respuesta la acaba de dar Carlos Wagner en los tribunales de Comodoro Py.
Los empresarios que hoy desfilan frente al juez son cómplices del crecimiento de las villas miseria durante el kirchnerismo, el abandono de la infraestructura que hoy se refleja en escuelas que vuelan por el aire, el crecimiento de la marginalidad y, en consecuencia, el incremento del narcotráfico y la delincuencia que ellos mismos padecen.
¿Qué empresario puede sentirse próspero al tener que blindar su auto para que no lo secuestren, amurallar su casa para que no lo asalten o proteger el perímetro de sus fábricas con alambres de púas para no ser saqueadas? ¿Cuál es la ventaja de ser rico en un país cada vez más pobre e inseguro, sobre todo, para ellos?
Fueron víctimas de esa misma voracidad: cayeron junto con esa fortaleza de ignominia que levantaron con sus empresas de construcción.
El kirchnerismo arrasó con todo: con el progresismo, con las organizaciones de DDHH, con el empresariado y con el propio peronismo, al que llevó a un extremo desde el cual le será muy difícil volver. Cristina tiene de rehén a un partido al que ya ni siquiera pertenece.
Los próximos días veremos a cuántos arrastra el kirchnerismo en su Apocalipsis. Hace tiempo decíamos que el kirchnerismo era una secta apocalíptica.
La semejanza con el Antiguo Testamento es notable. De acuerdo con la Biblia, el Apocalipsis está precedido, diríase propiciado por la decadencia de Sodoma y Gomorra. Recordemos la historia y veamos las analogías con nuestro país: los habitantes de esas tierras corrompidas se entregaban a todo tipo de vicio; cebados por la disolución absoluta no encontraban límite para el pecado. En el caso de la Biblia, en cambio, sólo se dedicaban a tener sexo, divertirse un poco y darse una que otra comilona.
La sodomía debe su nombre a las reprochables prácticas de los habitantes de Sodoma. Cristina, nuestra Lot, combatió con denuedo ese vicio horroroso y para terminar con ese flagelo, mandó a los suyos a suturarse el centro mismo del pequeño ojo del pecado. Y así como enfrentó a los sodomitas, también combatió a los gomorritas, llamados así porque gozaban haciéndose tirar… las cartas.
El nombre de Sodoma encuentra su etimología en el término árabe sadama, que significa arrepentimiento. Y si por algo se caracteriza el fin del kirchnerismo es por la aparición de los arrepentidos.
Pero las semejanzas no terminan aquí. En el capítulo 18 del Génesis, Jehová le anuncia a Abraham que destruirá Sodoma con fuego y azufre, a causa de los pecados. Sólo Lot y su familia serán salvados. Entonces dos ángeles hermosos llegan a Sodoma para rescatar a Lot. Al verlos, los sodomitas, deslumbrados por la belleza de los seres alados le exigen a Lot que los entregue para hacerlos participar de sus orgías. Lot se negó y para salvarlos, le ofrece a la turba sus dos hijas vírgenes.
«Lot salió de la casa y se dirigió hacia ellos, cerrando la puerta detrás de sí, y les dijo: “Les ruego, hermanos míos, que no cometan semejante maldad. Miren, tengo dos hijas que todavía son vírgenes. Se las voy a traer para que ustedes hagan con ellas lo que quieran, pero dejen tranquilos a estos hombres que han confiado en mi hospitalidad”.
En la versión local, nuestra Lot vernácula, ante la misma exigencia les ofrece a sus dos hijos, Máximo y Florencia, pero al verlos, los sodomitas exclamaron:
En la versión local, nuestra Lot vernácula, ante la misma exigencia les ofrece a sus dos hijos, Máximo y Florencia, pero al verlos, los sodomitas exclamaron:
-Mamadera… -término que no tiene una traducción precisa-, pará, somos sodomitas, pero a tanto no llegamos, lo nuestro es el pecado, no el pescado.
El resto de la historia es conocida. Jehová lanzó una tormenta de fuego y azufre que terminó con Sodoma y Gomorra. Los ángeles le habían advertido a Lot que pasara lo que pasara no se dieran vuelta para mirar. Pero la mujer de Lot giró la cabeza y se convirtió en estatua de sal. En nuestra versión, los peronistas no se pueden despegar del pasado y al mirar hacia atrás se convierten en estatuas… de Néstor. Ese será el destino de Pichetto y de todo el peronismo si decide quedarse en el pasado y no avanzar hacia el futuro.
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