Aumenta el voto en blanco en la provincia y crece como tercera fuerza en las generales
Quedan 12 días para las elecciones generales en la provincia de Entre Ríos, que se realizarán el 9 de junio y todos los números indican que el voto en blanco se consolidará como la tercera fuerza.
Lo preocupante es que las dos principales alternativas, el gobernador Gustavo Bordet, y el radical Atilio Benedetti, por diferentes motivos, no logran cautivar a un gran sector del electorado entrerriano.
Según los sondeos, más de un 40% de los votantes habilitados están desilusionados con el presidente Mauricio Macri, por sus medidas económicas, y perdieron confianza en Gustavo Bordet, por su inacción ante la corrupción estructural, por lo que no quieren votar a ninguno de los dos.
De esos electores, una parte directamente no participará de las elecciones generales, mientras que otra parte, creciente, según afirman las encuestas, depositará en las urnas sobres vacíos, sin dejarse seducir por slogans de campaña que no plantean soluciones reales a los principales problemas de la gente.
En el caso de Benedetti, que representa a Cambiemos, su gran contrapeso es la gestión a nivel nacional del presidente Mauricio Macri.
Más allá de la plataforma electoral que pueda plantear a nivel provincial, el oriundo de Larroque es, junto con su compañero de fórmula, Gustavo Hein, el candidato digitado desde Buenos Aires por la cúpula de Cambiemos.
Allí radica la principal falencia de su propuesta: los votantes asocian su imagen con la del presidente y el fuerte impacto negativo que tuvo y tiene el gobierno nacional en el bolsillo de la gente.
La pérdida de fuentes laborales, la caída del poder adquisitivo y la desconfianza a futuro generaron en quienes consagraron con su voto al presidente en el pasado balotage una desilusión difícil de remontar.
Lo que Macri planteó como un sinceramiento de la economía, significó para la población un aumento permanente de tarifas y una despiadada inflación, que derivaron en cierre de fábricas y negocios, desempleo e incertidumbre.
La decepción no se ve solo en los paros generales organizados por los sindicatos nacionales, que con el de este miércoles llegaron a cinco en lo que va de la gestión de Macri, sino también en las urnas.
Hasta ahora, cuatro provincias ya definieron a sus gobernantes para el período 2019-2023 y en ninguna logró Cambiemos resultados convincentes. Tanto en Neuquén como en Río Negro, tuvo pobres terceros puestos y en Córdoba y La Pampa cayó en manos del peronismo.
Según las encuestas, los entrerrianos seguirían la tendencia que se viene dando a nivel nacional y no acompañarán con su voto al candidato de Cambiemos, Atilio Benedetti, que además ha protagonizado una fría campaña que no logra generar demasiados adeptos.
De todos modos, la otra opción, Gustavo Bordet, tampoco es capaz captar a una buena parte del electorado provincial.
La gestión del concordiense se ha visto salpicada por numerosas denuncias de corrupción, pero la falta de medidas del gobernador en los organismos y funcionarios que están bajo la mira, genera descreimiento entre los votantes.
A pesar de que hay casos comprobados, como en la Dirección Provincial de Vialidad, y otros tantos bajo investigación como en el IAFAS, Enersa, el Túnel, la UADER, Hidráulica, el ministerio de Obras Públicas y demás áreas, la inacción de Bordet al respecto lo pone, ante los ojos de los entrerrianos, como parte de la corrupción estructural.
Más allá de las denuncias en los medios y las investigaciones que llevan adelante el Tribunal de Cuentas y la Justicia, los negociados se filtran a la sociedad a través de los comentarios de los mismos empleados públicos, indignados por la impunidad con la que abusan de los fondos públicos diferentes funcionarios, directores y jefes.
Sabiendo que el despilfarro y el desmanejo del dinero del Estado es motivo de comentarios en el común de la gente, los estrategas de la campaña de Bordet ponen permanentemente el foco en remarcar la “honestidad y transparencia” de esta gestión de gobierno.
Sin embargo, el mensaje no llega a la gente. De acuerdo con lo que reflejan las mediciones, la figura de Bordet no es para los entrerrianos garantía de esas dos palabras que el gobernador repite en todo discurso electoral.
En cada acto, el candidato a la reelección pone énfasis en aquello de la “honestidad y transparencia”, consciente de que las denuncias de corrupción estructural golpean fuertemente su figura.
Además, pide a los vecinos y militantes “esfuerzos” y “austeridad”, aunque el mensaje parece ser solo para los ciudadanos de a pie, ya que los funcionarios y autoridades de organismos gastan el dinero del pueblo con un descaro indignante.
El propio gobierno ha realizado sondeos que no dejó trascender porque evidencian el hartazgo de los electores con los numerosos desmanejos de los fondos públicos y los sueldos obscenos, lo que tiene consecuencia directa con la caída de la imagen del gobernador.
Según esas encuestas, Bordet no le garantiza a los entrerrianos esa “honestidad y transparencia” que tanto pregona, porque parece proteger a la corrupción estructural con su pasividad con respecto al tema.
Con votantes descreídos de Bordet y desilusionados con Macri, los entrerrianos no quieren elegir a ninguna de esas alternativas, por lo que el voto en blanco se erige como la tercera fuerza en la provincia.
El número de sobres vacíos a la hora de abrir las urnas crecerá notablemente con respecto a las PASO, así como el número de electores que efectivamente participen de los comicios será más bien escaso y apenas superará el 70% y muchos irán simplemente para evitar los trámites burocráticos con la Justicia Electoral y no aparecer en el registro de infractores.
El voto en blanco, según los sondeos recientes, es la opción que utilizarán quienes quieren que efectivamente se termine con la corrupción estructural en la provincia y quienes esperan que la situación económica mejore a nivel nacional.
Es por eso que, más que una elección voluntaria, lo que preocupa es que el voto en blanco será un castigo de los electores para los gobernantes que, por sus acciones, como Mauricio Macri, o por sus omisiones, como Gustavo Bordet, hacen que el bolsillo de los entrerrianos y la provincia misma estén cada vez peor.
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