En el Gobierno avisan que habrá tasas altas "para rato"

En Hacienda están conformes con la dureza monetaria del BCRA y hablan de la estrategia de Paul Volcker, que en los '80 llevó la tasa al 19% para quebrar la espiral inflacionaria en EE.UU.

La hoja de ruta económica que se fijaron el ministerio de Hacienda y el Banco Central para que el Gobierno llegue bien parado a las elecciones y -en lo posible- salga airoso del test electoral, es bien simple. El dólar no tiene que ser noticia -no al menos porque su precio refleje una corrida cambiaria- y la inflación tiene que reducir la velocidad.
Los dos objetivos se están cumpliendo, trabajosamente por cierto. El dólar cayó 7% desde fines de abril. Y el índice de precios está mostrando un recorrido declinante desde el 4.7% de marzo. Para conservar lo logrado, el Banco Central está decidido a mantener una tasa de interés real bien alta, a pesar del dólar calmo y de la inflación declinante. "Eso no está en discusión, no vamos a correr riesgos", aseguran en el BCRA. Se desentienden de las quejas empresarias y, desde ya, de los señalamientos de la oposición.
Tasa real alta significa, por ejemplo, que ante una inflación proyectada para los próximos 12 meses en el orden del 30%, el BCRA fijó una tasa piso para julio -es decir que no permitirá una tasa menor a esa- del 58%. Descontados los encajes, los ahorristas en pesos pueden obtener una tasa máxima del 48% anual, que sigue estando bien arriba de la inflación proyectada.
Una tasa alta es, a juicio de los funcionarios, un reaseguro de que el dólar, en principio, no interferirá en la estrategia electoral del oficialismo.
Lo notable es que a diferencia de otras épocas no muy lejanas, no parece haber el más mínimo enojo en el Ministerio de Hacienda ni en la propia Casa Rosada con el rigor monetario del Banco Central. Cerca del ministro Dujovne evocan, más que conformes, un hecho histórico. Hablan, y aceptan, de que en política monetaria se está atravesando un “momento Volcker”.
Se refieren al ex jefe de la Reserva Federal de los Estados Unidos, el gigantón Paul Volcker (mide 2.01 m), quien condujo la política monetaria de ese país entre agosto de 1979 y agosto de 1987.
Al llegar Volcker a la FED, la inflación de Estados Unidos rondaba el 10% y cerró 1979 en el 13%. Se sufría la disparada de los precios del petróleo provocada por la revolución en Irán.
Volcker decidió terminar con el gradualismo. Puso de entrada la tasa de política monetaria en el 11% y llegó a fijarla en el 18%. La misma tasa que hoy está cerca del 2%. En medio de una terrible recesión económica y una disparada del desempleo (por el impacto de la tasa de interés altísima), la inflación empezó a bajar y tres años más tarde se acercaba a 3%. La inflación nunca más fue un problema para los Estados Unidos. Y desde entonces, el desempleo también se mantuvo bajo.
En el Gobierno argentino confían en que se pueda repetir la historia y atravesar el “momento Sandleris” (ciertamente patrocinado por el FMI), aunque aquí la tarea llevará más tiempo. La inflación cerraría en cerca del 40% este año y el Gobierno espera que baje al 26% en 2020 y al 20% en 2021. Por cierto, ni se habla de volver en el mediano plazo a un régimen de metas de inflación.
“La verdad, que dadas las expectativas de inflación, el BCRA tenía margen para bajar la tasa de política monetaria al 52%, pero se ve que no quisieron apurarse, no quisieron repetir errores que ya costaron mucho en el pasado reciente”, señaló un muy calificado especialista en políticas monetarias, que prefirió el anonimato.
Al mencionar errores, se refirió a que tanto Guido Sandleris (actual titular del BCRA) como Federico Sturzenegger, reconocieron, cada uno en su momento, que se equivocaron en bajar demasiado de golpe la tasa de interés. Sturzenegger a fines de 2016 y Sandleris entre enero y febrero de este año.
En el mercado hacen esta cuenta: la tasa del 62% que fue fijada en abril tenía como referencia una expectativa de inflación esperada del 3,5%. Hoy se espera 2.7%. De ahí que el 52% era una tasa posible. Pero el BCRA prefirió llevarla al 58%. Según el REM, el mercado espera que esa tasa caiga al 35% recién a fines de 2020.
La super tasa seguirá, por lo visto, por mucho tiempo. Tanto como el que lleve bajar la inflación a niveles razonables.

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